Hace semanas que no voy por el centro de Madrid. Este finde tampoco me he movido del pueblo. Como mis padres están en Jerez por motivos laborales y familiares, no les he hecho la visita de rigor para almorzar. Necesito más tranquilidad que nunca de viernes a domingo. Además el viernes amanecí malo del estómago. Así que lo hemos pasado en casita, asofados, haciéndonos nuestras cenitas, viendo Sex In The City, acostándonos relativamente pronto y durmiendo los dos días hasta las diez. Ayer estuvimos viendo a Darek, que está como un queso y quedó estupendamente. Sin meterse con la Obregón, ella quedó como una loquita. Quedaba claro que a los periodistas les caía bien.
La quietud sólo ha sido alterada porque tengo que preparar cuatro exámenes, de los cuales he terminado dos. En este maldito colegio hay cinco evaluaciones, con sus respectivas recuperaciones que, absurdamente, hacen todos los alumnos; es decir que aunque saquen un 10, a los pocos días se examinan de lo mismo y les sirve como primera nota de la siguiente evaluación. Hay padres que, con toda la razón, se quejan de este sistema. Hoy en día los colegios tienen tres evaluaciones, tener cinco es una atraso que solamente colegios como éste conservan para dar más facilidades para que aprueben.
¡Morrissey viene a verme! ¡Todo un anuncio sorpresa! ¡En menos de dos meses actúa aquí! Me parece increíble, después de haber viajado tanto para verle fuera de España, por fin vuelve a Madrid tras 23 años (fecha en la que me hice fan). Me lo merezco, jejeje. No puedo esperar, tocará las nuevas que hacía en noviembre y alguna más nueva, que tendremos el placer de oír antes de que salga su nuevo disco en otoño. También va a Benicassim, pero no me voy a desplazar hasta allí esta vez. Prefiero tomármelo con calma y disfrutar el momento sin agobios.