jueves, diciembre 14, 2006

VIAJE RELÁMPAGO

Estoy escribiendo esto en un hueco durante el trabajo, soñolientopor haberme despertado a las 5:45 para venir a trabajar. Esta semana se me ha pasado volando. Cuando empezó pensé que sería justo lo contrario después del puente, tan largo y tan acelerado. Os cuento brevemente como fue.
Martes: cumple de R. Cena en un restaurante buffet muy chulo. Estábamos los tres muy cansados. Después algo de chuequeo hastalas 3 en la Boite. Al ir al búho vi como unos que parecían skins leestaban pegando a uno que parecía gay en un cajero en Montera esquina conGran Vía.
Miércoles: vi a mis amigos de Villarrobledo y Murcia un ratito en elcentro. Fui pitando a casa a prepararles la cena. Yo no quería que fuesede inauguración porque faltaba gente, pero era inevitable no darle esesentido al final. Las tortillas no me salieron muy ricas porque no freílas patatas en la sartén, pero las croquetas estaban deliciosas.
Jueves: relax. Fui a dormir a casa de J. para coger un taxi desde Madrid hastaBarajas. Llegué dos horas tarde, cerca de las 12, porque tuve que volver aRivas a por el cargador del móvil, que se descargó vertiginosamente.
Viernes: Llegué a Barajas con mucho tiempo. Parece mentira que una vez pasado el control, no haya una mísera cafetería para tomar un café a las 6de la mañana. Caí frito en el vuelo, no me enteré ni cuando despegó.Llegué a Londres Gatwick y me fui directamente a Wembley. Era en número 10de la cola cuando llegué a las 10:30, lo cual prácticamente me garantizaba un lugar en el front, en la barrera. Todo el día esperando.Frío. Un poco de lluvia. Los pies congelados. Varias visitas al cafécercano para ir al servicio, tomar café y buscar algo de calor. El concierto fue increíble, unode los mejores de todos los tiempos, mejor que Benicassim y Manchester este año. Volvió a tener un detalle especial conmigo. Terminó tarde. Fuipitando en el metro a Victoria para coger el bus a Luton, que salió enseguida. Dormí durante el trayecto. Luton es un aeropuerto pequeño, poco importante, pero a la 1 A. M. había una cafetería abierta donde vendían buenos bollos y café, y una tienda para comprar chuches y agua, al contrario que Barajas.En la ida iba pensando que esto de viajar 24 horas para ver a Morrissey no debo repetirlo, que si viajo es para quedarme un par de días con tranquilidad. A la vuelta cambié de opinión y volvería a hacerlo. Caí rendido en el avión y tampoco esta vez me enteré de cuando despegó, despertándome cuando tocó tierra.
Sábado: Llegué a Rivas, limpié un poco y a comer con mis padres. Volví enseguida a mi piso y me acosté temprano, sobre las 10.Sábado: quedé con S. para ir de compras todo el día. Había poca gente enlas Rozas Village y el Factory, cosa que nos extraño en es estas fechas navideñas. Compré cosillas para F, y ya me quedé tranquilo al respecto. Acabamos viendo Casino Royale, que nos gustó. Es mi Bond favorito después de Connery.

Hoy llega C. de Méjico. Espero que se quede en mi piso porque el suyo está alquilado.

Queda menos de una semana para que venga F. Me da rabia tener que irme a pasar la nochebuena en Jerez y pasar poco tiempo juntos, aunque se quede hasta el 15 de enero. Antes el único aliciente de la navidad eran mis sobrinas. Ahora, pasarlas con F. les da un valor diferente. Me hace gran ilusión comprarle cosas.

En verano no leo nada, ni siquiera me llevo libros a la playa, como hacía antes. Pero nada más empezar a trabajar retomo leer de lunes a viernes en el metro. Ahora estoy con Las Estrellas de Hollywood por Peter Bogdanovich, que es más que recomendable para quien admire a Cary Grant, M. Clift, Jerry Lewis, etc. Escribe capítulos monográficos dedicados a todas esas estrellas. Como forma parte de ese mundo –es director, guionista, actor y productor-, conoció personalmente a buena parte de ellos, y consigue retratarles de una manera muy veraz y emocionante, aunque a veces sea en dos páginas, como en el caso de M. Clift, que con una sola anécdota se las apaña para transmitir cómo era y como se sentía. No me queda más remedio que copiar este chiste que el genial Jerry Lewis (siempre fui fan, incluso fui a ver un ciclo en la filmoteca en el año 1987 con el compañero de facultad que me gustaba) le contó por teléfono:

Es noche cerrada, y en NY, un tipo llega al metro y se queda paralizado. Frente a él está sentado en el vagón un tipo de aspecto joven con camiseta y pantalón teñidos con motivos psicodélicos y su pelo es de varios colores y encima lo lleva en una cresta. Tiene unos diez pendientes en cada oreja, un anillo atravesándole la nariz, un anillo en cada labio, y un pincho en la lengua. En los pies lleva sandalias y calcetines multicolores. Así que el tipo está mirándolo, y el chico del asiento dice: “¿Cuál es tu problema? ¿es que nunca has hecho nada por diversión?” Y el tipo responde: “No, lo siento, sólo estaba pensando… Estaba recordando que hace tiempo me follé a un loro ¡y me estaba preguntando si tú serías mi hijo!”

No hay comentarios: