MI PRIMERA COMUNIÓN
La Primera Comunión de Lucía es pasado mañana. Ayer fui con ella a comprar su regalo: unos patines de estampados con flores verdes, junto con su correspondiente mochila haciendo juego. Uno de los principales intereses de Lucía es ir conjuntada. Recuerdo que el verano pasado estábamos en la piscina de su bloque y le compró a su hermana Marina y sus amigas unos pendientes verdes que ellas mismas producía para venderlas en su comunidad. Automáticamente se subió a cambiar de camiseta para ponerse una que pegase con los pendientes nuevos.
Mi familia de Jerez está volando en estos momentos para llegar al evento. Dejan las maletas en el Hotel Convención y se van directos a tomar cerveza a la Cruz Blanca, que es con diferencia su lugar favorito de Madrid. Son adictos a la cerveza, pero no a cualquiera sino a Cruzcampo. Si les ofreces otra marca te miran en plan “tu-de-que-vas”. Mañana van todos a conocer mi piso después de comer y por la noche voy a hacer una minicena para ver Eurovisión con unos amigos. Voy a hacer empanadillas de calabacín y queso que vi el otro día en la televisión.
Lucía tiene mucha ilusión, claro. Mi Primera Comunión fue increíble, el 15 de mayo de 1975. Fue un día de celebración normal y dos más de celebración con la familia de Jerez, prácticamente como una boda gitana. Hay que ver cómo han cambiado los regalos. Recuerdo que me regalaron muchas cosas: libros, un compás, mi primer reloj… y tres Geyperman, que era mi juguete favorito. Fui vestido de monje, pero de monje monje, o sea, nada de esos trajes de monje que vendían en el Corte Inglés que parecían de cura. Mi traje me lo hicieron a medida unas monjas de clausura de la c/ Toledo. Fui con mi madre y mi vecina-tía Maruja, que me tomaron las medidas y nos comunicamos a través de una reja muy gruesa. Luego lo aproveché para una función del colegio en la que hice del Mago Merlín. Era perfecto. Podéis imaginar mi aspecto, entre dicho traje y mi pelo a lo Vicky El Vikingo o Nicholas de Con Ocho Basta, de lo más místico. En la ceremonia leí un texto del cual recuerdo el principio: “La comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aaron en el desierto diciendo…”. Era un texto que trataba del maná…
No puedo más que poneros aquí algunos de los versos de Mi Primera Comunión, de Cecilia:
Siete años que son siete ilusiones.
Una vida por delante, un paisaje.
Mil sermones y otras tantas bendiciones
serán su único equipaje.
Y la monja María pasea pasillo abajo, pasillo arriba.
Mientras la monja María pasea pasillo abajo, pasillo arriba.
Del altar al atrio y del atrio a la sacristía.
Su rosario, su recordatorio,
su misal, su catecismo y esas fotos
de su madre con sonrisa beata
mientras su padre estrenaba corbata.
Aún no os he contado nada del fin de semana pasado, porque en los últimos días he estado muy ocupado. Estuvo muy bien porque F. y yo pasamos mucho tiempo juntos. Fuimos a cenar al Kolabora (c/Libertad; os recomiendo la pasta fresca rellena de calabaza, y el crepe de chocolate) el sábado, y nos gustó mucho, y el camarero hizo un comentario acerca de los ojos de F. El domingo fuimos a comer a Ciempozuelos al cumple de J, donde me encontré con mucha gente que no veía en mucho tiempo y me caen muy bien. Allí alguien le hizo a F. otro comentario acerca de sus ojos, cosa que no me extraña porque son preciosos y poco comunes (achinados y azules) . Después cuando nos fuimos F. se empezó a agobiar porque tenía que volverse a Las Palmas el lunes a primera hora. Se supone que según pasa el tiempo deberíamos acostumbrarnos más, pero es justo lo contrario.
Mis amigos de Manchester, Kevin y Svenja, se han separado definitivamente. Se dieron otra oportunidad, yéndose de vacaciones a Cuba, pero no ha podido ser. Mi coordinadora acaba de firmar la separación y se encuentra algo mal porque siente que ha perdido el tiempo con alguien que no la quería, que la ha engañado y porque tiene convicciones religiosas que no ha respetado. Mi compañero Carlos ha terminado con el novio, pero se trataba de una relación sin fuste desde el principio, sin comunicación, que no saben porqué ha durado dos años, y él está tan campante. Debe haber una epidemia. Lectores que estéis emparejados, sobre todo los que sois amigos míos, por favor, comunicaos mucho, no discutir destructivamente en plan efecto bola de nieve, evitad las discusiones innecesarias, no descuidéis al otro, intentad entender sus puntos de vista… No soy nadie para dar consejos en plan Elena Francis, pero es que lo paso muy mal cuando gente que quiero se separa, por ellos y por mí.