MANTENIDO
A punto de acabar el puente, le decía anoche a F. que no me importaría ser un mantenido, que escale en el Ministerio de Fomento y que me quite de trabajar, que yo me dedicaría a hacer cursos de cocina, masajes, etc, de los que él también se podría beneficiar. Hay quien dice que no podría estar sin trabajar. Yo podría estarlo perfectamente, quedarme de amo de casa. Ya lo decía Raphael en la Canción del Trabajo, qué duro es trabajar, una condena, sobre todo si trabajas a cincuenta milómetros de tu casa y no estás bien pagado. Y lo repitió Luis Aguilé con aquello de Es Una Lata El Trabajar.
Todo esto viene a cuento de la pereza que me da volver al trabajo después de las vacaciones o de un puente, levantándome a las 6:25, sabiendo que hoy jueves, único día con clases de la semana, van a venir dos alumnos y medio. Estoy ahora mismo en la clase de multimedia y han venido tres de unos quince, dos de los cuales no suelen venir, y vienen hoy, sabiendo que hay poca concurrencia, pensando que va a nacer una buena opinión en mí acerca de su asistencia. Van listos. La suerte ya está echada a estas alturas de curso, cuando quedan siete días lectivos.
F. y yo hemos estado hablando de las vacaciones. Ya que el año pasado nos quedamos con las ganas de Estambul y no pudo ser porque su baja nos limitó las fechas, pues vuelve a ser nuestra primera opción. Me encantaría volver allí, siempre supe que lo haría y hacerlo con F. me parece el plan perfecto. Si se hace la reserva este mes, hay descuentos de hasta 20 %, así que a ver si concretamos pronto y nos beneficiamos de eso. De todas formas, como en Turquía el ambiente anda revolucionado, aunque nos decidamos ya, mejor dejamos la reserva para final de mes.
Ha sido un puente muy tranquilo. Fui al cine con R. a ver La Vida De Los Otros, que nos encantó. Me gustó toda: argumento, actores, ritmo… Fui al cine con Fdo a ver Sunshine, que está bien, muy visual, con suspense... Fui a Toledo con R. a pasar un día. En Toledo callejeamos por la mañana y tomamos en sol junto al Tajo por la tarde. Estuvimos hablando de grandes inventos de la humanidad, como el coche, los hoteles… y durante el almuerzo llegamos a la conclusión de que pocos inventos son mejores que una simple patata frita.
Otra cosa que hice este puente fue comprar cuatro plantas nuevas por diez euros, en el vivero de Rivas, que abre todos los días, como el Opencor. Estuve transplantado dos de ellas y alguna otra que tenía ya. Me gusta hacerlo, y me gusta observar mis plantas, como esperando que florezcan a cámara rápida en plan documental. Y agradezco la lluvia, y la observo caer sobre mis plantas como si fuese un agricultor. Los geranios y el rosal están hermosísimos.
Mañana viene F. Como llega temprano, creo que iré a Barajas a buscarle en el metro si no va su hermana a recogerle. Qué ganas. Hemos hablado mucho por teléfono estos días. Cada día le echo más de menos y es más difícil. No me acostumbro a que no esté.
A punto de acabar el puente, le decía anoche a F. que no me importaría ser un mantenido, que escale en el Ministerio de Fomento y que me quite de trabajar, que yo me dedicaría a hacer cursos de cocina, masajes, etc, de los que él también se podría beneficiar. Hay quien dice que no podría estar sin trabajar. Yo podría estarlo perfectamente, quedarme de amo de casa. Ya lo decía Raphael en la Canción del Trabajo, qué duro es trabajar, una condena, sobre todo si trabajas a cincuenta milómetros de tu casa y no estás bien pagado. Y lo repitió Luis Aguilé con aquello de Es Una Lata El Trabajar.
Todo esto viene a cuento de la pereza que me da volver al trabajo después de las vacaciones o de un puente, levantándome a las 6:25, sabiendo que hoy jueves, único día con clases de la semana, van a venir dos alumnos y medio. Estoy ahora mismo en la clase de multimedia y han venido tres de unos quince, dos de los cuales no suelen venir, y vienen hoy, sabiendo que hay poca concurrencia, pensando que va a nacer una buena opinión en mí acerca de su asistencia. Van listos. La suerte ya está echada a estas alturas de curso, cuando quedan siete días lectivos.
F. y yo hemos estado hablando de las vacaciones. Ya que el año pasado nos quedamos con las ganas de Estambul y no pudo ser porque su baja nos limitó las fechas, pues vuelve a ser nuestra primera opción. Me encantaría volver allí, siempre supe que lo haría y hacerlo con F. me parece el plan perfecto. Si se hace la reserva este mes, hay descuentos de hasta 20 %, así que a ver si concretamos pronto y nos beneficiamos de eso. De todas formas, como en Turquía el ambiente anda revolucionado, aunque nos decidamos ya, mejor dejamos la reserva para final de mes.
Ha sido un puente muy tranquilo. Fui al cine con R. a ver La Vida De Los Otros, que nos encantó. Me gustó toda: argumento, actores, ritmo… Fui al cine con Fdo a ver Sunshine, que está bien, muy visual, con suspense... Fui a Toledo con R. a pasar un día. En Toledo callejeamos por la mañana y tomamos en sol junto al Tajo por la tarde. Estuvimos hablando de grandes inventos de la humanidad, como el coche, los hoteles… y durante el almuerzo llegamos a la conclusión de que pocos inventos son mejores que una simple patata frita.
Otra cosa que hice este puente fue comprar cuatro plantas nuevas por diez euros, en el vivero de Rivas, que abre todos los días, como el Opencor. Estuve transplantado dos de ellas y alguna otra que tenía ya. Me gusta hacerlo, y me gusta observar mis plantas, como esperando que florezcan a cámara rápida en plan documental. Y agradezco la lluvia, y la observo caer sobre mis plantas como si fuese un agricultor. Los geranios y el rosal están hermosísimos.
Mañana viene F. Como llega temprano, creo que iré a Barajas a buscarle en el metro si no va su hermana a recogerle. Qué ganas. Hemos hablado mucho por teléfono estos días. Cada día le echo más de menos y es más difícil. No me acostumbro a que no esté.
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