jueves, noviembre 12, 2009

UN HIJO DE PUTA EN LIVERPOOL

Es lo mínimo que se puede decir de quien le tiró a Morrissey un botella de cerveza de plástico duro (imitando las de cristal en su forma) y le hizo decidir marcharse del escenario en el acto, dejándonos cabreados. Lo vi todo, estaba en primera fila. Sólo había pasado una canción, This Charming Man (probablemente la única canción de The Smiths que no me gusta como les queda) y empezado la segunda cuando recibió la agresión, se tocó la cabeza, se despidió y no volvió. Cuando localizaron a energúmeno medianeurona y le echaron, mientras el público abucheaba y gritaba get him out con la melodía de here we go futbolística, de poco sirvió. Una botella de plástico llena lanzada desde varios metros de distancia duele aunque no haga hemorragia, pero más le debió doler en su orgullo y su ego. No le culpo por marcharse, pero podría haber vuelo una vez duchado para quitarse la peste a cerveza y más calmado. Disappointed. Truly disappointed.

1 comentario:

molano dijo...

Sorry, really sorry.