miércoles, noviembre 21, 2007

LLUVIA

La semana pasada fue de exámenes, tanto en la Universidad como en el cole. Las notas de los mayores han sido muy dispares. Los grupos que vienen y estudian aprueban sin problemas. En cambio los que faltan y no trabajan suspenden. Intento hacer los exámenes con contenido muy sujeto a lo que se ha dado, sin irme por las ramas. Por lo tanto, el que se maneja en inglés pero no estudia la materia concreta vista en el aula suspende porque no puede vivir de las rentas. Cuando les he dado las notas, algunos han reaccionado mal, diciéndome que soy muy estricto, por ejemplo que descuento mucho si se les olvida poner la s en la tercera persona singular del presente simple. Una que ha dejado 3 preguntas de 7 en blanco y ha sacado un 3,8 me dice que su examen no está tan mal… No me puedo imaginar diciéndole algo así a un profesor universitario en la pública. Alucino. Se comportan casi como los niños del cole. No sé como no pierdo la paciencia… La verdad es que noto que cada vez tengo menos. Lo admito. Son muchos años de profesor, desde enero del año 1991, y cansa. Quema. Pero no sé qué otro trabajo podría hacer.

He seguido malucho. Me puse mejor para recaer después. El lunes por la mañana no fui a trabajar. Hice bien porque encima con el frío que hacía en Madrid… He estado tomando Couldina (que ya debe formar parte de mi organismo, como si fuese una enzima más o algo así) y Lizipaina. Ya me encuentro mucho mejor. A ver cuanto dura.

Celebré mi cumple anticipado con mi familia el domingo. Vinieron todos a comer a casa y me regalaron ropa. Yo estaba para pocas fiestas. Además tenía una montaña de exámenes por corregir. F. se quedó a dormir el sábado. Nos pusimos el episodio 1 de Los Gozos Y Las Sombras, mi serie española clásica favorita (también me encanta la trilogía en la que se basa). Nos despertamos muy juntitos y desayunamos donuts de chocolate. Luego volvió por la tarde para hacerme compañía mientras corregía. Pobre, seguro que le he contagiado.

Van a abrir una chocolatería-churrería al lado de mi casa. Justo el otro día le comentaba a mi compañera que mi barrio tenía esa gran deficiencia. Cada día me gusta más vivir donde vivo. Y en 3 o 4, meses parada de metro en la puerta.

Llueve mucho. Cuando cae tanta lluvia me acuerdo mucho de la canción de Cecilia:

Lluvia

Cae esa lluvia pequeña menuda
Que raya mis ventanales
Lluvia en las ciudades
Cae esa arrítmica lluvia que baila
En los asfaltos de estaño
Espejo de mis años
Lluvia de amores y encuentros
Somos plumas leves, somos fuegos lentos
Cae esa tímida lluvia en los charcos
A la vuelta del colegio
Primera lluvia de invierno
Es esa lluvia que hace canales
A la salida de clase
Hay ríos en las calles
Lluvia de mares sin puertos
Somos dos barquitos, somos marineros
Cae esa lluvia fría y callada
Que se enreda en mi pelo,
Que resbala en mi cara
Y es esa última lluvia de tarde
Que salpica mi impermeable
Según me alejo
Lluvia de adioses amargos
Somos noches cortas, somos días largos

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