miércoles, junio 23, 2010

UNA CARTA ANÓNIMA

Ayer tres exámenes. Hoy cuatro. Las notas ya las tengo listas para entregar mañana, que es la junta de la evaluación final. Me he dado una paliza estos dos días y F. ha venido a agilizarme las hojas de cálculo con las 4 evaluaciones. A mí los números me bailan.

El ambiente esta mañana, la última con clases, estuvo calentito, para poner una buena guinda en el pastel. A segunda hora, durante el segundo examen de la jornada, con en el grupo del que soy tutor (2º ESO B, el equivalente a 8º EGB), veo como una de las tres alumnas sudamericanas que no hacen nada, que sólo ponen el nombre en el examen, saca un condón y lo pone sobre la mesa. Supongo que quería provocarme, que le gritase y darme la mañana, por ser la última. Yo no he entrado en el juego. Así que al ver que no le hacía caso lo ha sacado de su envoltorio, lo ha desenrollado y se lo ha tirado a un compañero mientras hacia el examen. Le he dicho tranquilamente que lo recogiese y lo tirase a la papelera, cosa que ha hecho riéndose. Al acabar he ido a buscar al Jefe de Estudios, que no sé como no ha reventado hoy, y se lo he contado. Han llamado a sus padres para decirles que se la llevasen a casa. Por una vez se ha hecho lo que se tenía que hacer.
Cuando hemos acabado a las 2:30 nos hemos encontrado con una nota en el tablón de la sala de profesores que decía:

RESPUESTA A LA CARTA

1. Eres un cobarde. Las cosas se dicen a la cara.
2. Si estamos aquí es gracias a él.
3. Búscate otro empleo.

Lo firmaba la tooooooooonta de la directora y tenía fallos ortográficos, como siempre. Hemos deducido fácilmente que alguien ha mandado una carta anónima poniéndoles a caldo, sobre todo a su padre. Ella cometido el error de contestar de manera pública a una carta anónima, dándole la repercusión que su remitente deseaba. En fin, que el ambiente gana grados por momentos.

domingo, junio 20, 2010

LO QUE DICE LIZ

Los domingos F. suele llevarme a comprar el periódicoal centro del pueblo antes de irse a su casa, pero cuando hace buen tiempo me apetece ir andando enchufado al ipod. Rivas está lleno de chalets y adosados con la bandera de España. Parece mentira que uno piense al verlo: “qué americano”. A mí me encanta verlo. Y mucho más en este pueblo gobernado por un puñado de buenrollistas, que han puesto Pilar Bardem a un auditorio y contratan a un grupo musical proetarra.

Quedan tres días de clase. No me lo puedo creer. En la reunión del martes pasado el viejo don se dedicó a poner láminas que había encontrado en Internet, acerca de temas varios: los ríos del mundo, el ciclo del agua, el sistema auditivo, etc. Todos los profesores de infantil, primaria y secundaria permanecimos allí sentados, en esa mierda de sótano, escuchándole, viendo como abría y cerraba ventanas en su portátil, durante dos horas y media. Luego nos pidió que eligiesemos 5 puntos fuertes y 5 puntos débiles, y los puntuásemos de 1 a 3. ¿No es estúpido clasificar de 1 a 3 lo que ya estás diciendo que es algo que no marcha? Ojalá pudiésemos poner lo que pensamos, ya que no es anónimo, por supuesto. Absurdo, desesperante, kafkiano (tal y como ha comentado uno de vosotros). Los chavales está revueltos. Lógico al final del curso, pero aún más de lo normal, ya que la directora les obliga a examinarse de todo otra vez sin importar la nota que hayan sacado. Se equivoca, como no, ya que lo normal sería recompensar a los que se hayan esforzado. Es lo que hacen el la gran mayoría de los colegios, liberar a los que hayan ido aprobando, incluso si los padres quieren permitir que se queden en casa.

El lunes pasado fuimos al Parque de Atracciones. Hacía unos 20 años que no iba y lo encontré todo muy cambiado. Las atracciones las han peligrizado. Han quitado los autos de choque, la torre cafetería desde la que volaba Toby, el teatro de los autómatas y muchas cosas más. También el anfiteatro en el que he visto conciertos, desde Carlos Mata (sí, lo confieso) en la época dorada de los culebrones hasta Fangoria. En fin, que me encontré casi como si fuese por primera vez. Los profes estuvimos andando sin parar para controlarles y nos motamos al algunas cosas tranquilitas. Como norma no me subo en nada que me ponga boca abajo. Los chicos se portaron bien, menos cuando al llegar de vuelta al colegio el conductor se percató de que habían pintado con rotulador permanente en la tapicería y en un cristal. Los de la compañía del bus se enfadaron mucho, pero los chavales responsables del vandalismo ahí están, sin haber sido expulsados. Así va la cosa luego… Si es que…

Tuvimos a cenar el viernes a los Janssons, a Aurelio, también de la Uni donde yo trabajaba, y a nuestro amigo Nacho. Preparamos canapés, chupitos de parmesano y vinagre de modena, mousse de salmón con verduras y hojaldre de solomillo. Está feo que lo diga, pero salió todo riquísimo. Lástima que empezó a llover y el postre tuvimos que tomarlo dentro. Ayer sábado fuimos al cumpleaños barbacoa de Javi, aquí en Rivas, en mi misma calle. Comí como un cerdo y luego por la noche he sufrido retortijones. Ya me vale…

Viene en el suplemento del ABC un reportaje acerca de unas cartas entre Liz Taylor y Richard Burton. Ella afirma: “Pero cuando Richard y yo nos miramos, es como si nuestros ojos tuviesen dedos y se tocasen”.

Antes de ir ayer al cumple fuimos la Soni y yo al vivero de aquí. Me compré un almendro. Mirad que chulo.

domingo, junio 13, 2010

ESPERO SER EL SIGUIENTE

Uno de mis compañeros, mejor dicho mis excompañeros, se ha comprado un piso en aquí. Se casa este verano. Es ingeniero y da clases de matemáticas y tecnología. Los viernes nos volvíamos juntos al pueblo porque él y su novia pasan los fines de semana en su flamante piso nuevo. Digo “excompañeros” y “volvíamos” porque ha dejado el colegio. Ya me comentó hace tres semanas cuando íbamos en el tren que estaba harto, que no aguantaba más, que lo mismo el lunes se iba. Yo le apoyé lo que pude. Le dije que sé por experiencia lo que es no aguantar más en un trabajo que se lo pensase bien, que le comprendía. Durante aquel fin de semana se calmó y no se marchó. El pasado martes tuvimos otra reunión con el don, igual a la que describí hace dos posts, durante la cual este excompañero fue repetidamente humillado delante de todos porque sus alumnos no habían acabado de pasar las encuestas acerca del colegio a formato digital, tarea ardua porque son muchísmos datos y los alumnos, con toda la razón, se niegan a hacerlo. Así que cuando el martes llamé a F. al salir de esa reunión le comenté que me imaginaba que E. al día siguiente presentaría su baja voluntaria. Así fue. Él siempre llegaba el primero al colegio y yo el segundo. Me lo comunicó, se lo fue comentado a todos, que mostraban su sorpresa y a la vez su comprensión. Y eso que se va sin tener un trabajo, a punto de casarse. Parece que un amigo le va a ofrecer una cosilla de poca monta en breve. Simplemente no aguantaba más. El jefe de estudios, un bendito, le despidió con mucho cariño y le dijo delante de todos que le entendía perfectamente. Después me dijo a mí que sabía que nos íbamos a ir yendo uno tras otro. “Tú serás el próximo”, me dijo. E. ni siquiera se despidió de la toooooonta de la directora. Le dejó su carta de renuncia y hasta nunca. Ha sido muy triste porque es un buen tío, un buen profesor, y ha sido el colofón a una temporada bastante mala. Yo le informé hace semanas de la apertura del cole nuevo en nuestro pueblo y, quien sabe, lo mismo volvemos a ser compañeros algún día. Los dos hemos mandado el CV.

Mañana con los alumnos al Parque de Atracciones. ¡Qué rollo!

Fuimos a ver a Los Ginkas el viernes pasado. Me lo pasé genial. Os pongo video de una de sus canciones.
Marte retumba/fiesta en la jungla/todos a una/fiesta en la luna



Ya hemos estrenado el wok que le regalaron a F. ¡Qué rico!


lunes, junio 07, 2010

TODO SE TUERCE

Después de un fin de semana tranquilo, en el que me dejé invitar a cenar en el Thai Gardens el viernes, en el que el sábado no fui a la residencia a ver a Maruja para corregir por la mañana, ver Sex And The City 2 (que me gustó mucho, pero sólo es para los muy fans de las chicas) cenar y charlar en la terraza, y un domingo sacando las medias de la tercera evaluación, hoy lunes ha sido de esos días que todo se tuerce.

Salía de mal humor de 4ºB. Les hubiese dado con un palo de escoba en la cabeza a todos. Con alevosía. Llego a la sala de profesores y veo un cartelito que anuncia una reunión para mañana igual a la que describí en el post anterior. Me entra dolor de cabeza instantáneo y sopeso ir al médico o algo para librarme. Llego a casa. Llamo a mi madre, como siempre. Está mosqueada porque anoche no la llamé. Había hablado con ella a las 7 de la tarde. Le cuelgo de malas maneras. Almuerzo. Voy al Mercadona. Entre otras cosas compro un litro de leche entera por si me da tiempo a hacer croquetas para cuando vengan a cenar los Janssons. El litro de leche se derrama dentro de la bolsa de plástico, ensucia la alfombrilla del coche, chorreo todo el pasillo y la cocina. Meto la alfombrilla del coche en la lavadora, tal y como he hecho otras veces. Con el cabreo que llevo acumulado, me confundo de programa y la echo a peder. Ha salido toda despeluchada. Tendré que encargar una. Me siento a modificar algunas notas de la tercera evaluación, ya que algunos alumnos se han examinado hoy porque les ha dado la gana hacer puente o me han entregado algo a última hora. Me doy cuenta de que me he dejado el pendrive en el colegio y probablemente habrá desaparecido cuando vuelva mañana.

Si alguien tiene consejos acerca del uso o recetas del wok, que me cuente por favor. El viernes compramos uno que tiene muy buena pinta y estamos deseando estrenarlo.

miércoles, junio 02, 2010

El Seminario

Es difícil describir la escena de ayer. Es de esas cosas que hay que ver para entender.

En el colegio tenemos jornada continua. Este año nos obligan a ir los martes por la tarde, de 4 a 6, para hacer papeleo, trabajo de secretaria, y así ahorrarse personal. A mí, que me ha pillado de nuevas, me jode hacer un trabajo que no me corresponde. Al resto, que antes no tenían que ir, les jode aún más. Ayer fue uno de esos días en que, en vez de hacer expedientes una y otra vez, y repetirlos porque no saben bien lo que hay que hacer, tuvimos un “seminario” con “el don”, que es como llamamos al fundador del colegio, ya jubiladísimo, que viene al colegio a jodernos. Ya podría quedarse en casa, dar paseos, ir a jugar a la petanca o recoger a sus nietos, como un anciano normal. El viene, nos coloca a todos sentados alrededor y nos pregunta como si fuésemos niños de Primaria. Le dice a uno: “di un número”, y a otro” “di otro más”, entonces los suma, nos va contando y pregunta al que le toque. La operación se repite durante dos horas y media. Nos interroga acerca de esquemas y actividades que nos obliga a hacer. Quiere que TODOS hagamos las mismas actividades: adivinanzas, fábulas, dictados, retratos, biografías… Si eres un profesor de matemáticas da igual, tienes que mandar biografías. De repente nos pregunta si usamos los utensilios de gimnasia. De repente nos pregunta normas del centro que se cumplen y que se incumplen. De repente nos pregunta si hacemos cálculo mental en nuestras clases. Y todo esto con un tono autoritario increíble. Es algo humillante. Un compañero dijo que los alumnos protestan por tener que pasar los datos de las encuestas acerca de nosotros al ordenador. Él le dijo de malos modos que les compre unas coca-colas y les convenza. Es increíble que esas encuestas anónimas acaben en manos de los alumnos y puedan modificarlas a su antojo al darles formato digital. Los alumnos han protestado a la directora, que escurre el bulto y les ha dicho que ella no sabe nada. Una compañera nueva que lleva un mes porque está cubriendo una baja, me decía que si se dirigiese a ella así se levantaría y se marcharía. La otra a mi lado que lleva dos años me dice “es urgente buscar trabajo”. Cuando llevábamos así treinta minutos más de la hora, un profesor de los peques, que se jubila en un par de años, estalló, y se puso a gritar que aquello no servía para nada, que perdíamos el tiempo, que estaba harto, que aquello no se podía aguantar. El fundador le gritó que todo aquello sí servía. Su hija la directora ineficiente y fea se apresuró y dijo: “nos vamos ya”. Fue muy violento. Todo a grito pelado. Tenía que pasar. Salimos todos en silencio. La secretaría, en la que no trabaja ninguna secretaria sino profesoras de infantil que se turnan, estaba cerrada y no podíamos fichar. A la directora la voz le salía ronca de los nervios cuando llegó a abrirnos.

El fundador está senil, pero sabe que sus hijas son unas zoquetes, que al lado van a ampliar un colegio que antes no tenía ESO, que de seguir así el colegio se va a pique.

La directora sabe que su padre está senil, que nos dificulta el trabajo, pero no puede controlarle.

Nosotros, en medio, nos jodemos.