domingo, noviembre 19, 2006

NUESTRO GOZO EN UN POZO

Era inevitable hacernos ilusiones respecto al piso que se quedaba libre en mi bloque y al que optaba R. Había cuarenta candidatos, que no es que sean muchos pero tampoco son pocos. En fin, nuestro gozo en un pozo. El sorteo fue el lunes pasado por la tarde y cuando no me llamaron, pues ya lo di por perdido. Intenté hablar con ellos el martes para saber más detalles, pero no estaba la persona encargada, y ya decidí no saber más del asunto, porque si resulta que R. se ha quedado el número 2 y el 1 falla, de nuevo será inevitable el run run de hacerse ilusiones. Y es muy difícil que el ganador no pueda quedarselo.

No consigo relajarme. Los fines de semana no paro. Me fui a pasar la noche del jueves al viernes a Rivas para probar el transporte en un día de diario. Dormí fatal, obsesionado con que me iba a quedar dormido. No me sonó el despertador del móvil porque me equivoqué al programarlo, pero como estuve toda la noche en duermevela me desperté a la hora: 5:45 AM. Antes de ducharme, salí al pasillo para dirigirme a la cocina y poner el café y me di cuenta de que no había desconectado la alarma. Apenas sonó porque enseguida metí el pin. Cogí un bus a las 6:22 y llegué pronto a Conde Casal, y también a Moncloa, así que el próximo día voy a intentar coger otro bus unos minutos más tarde. En el trabajo me harté de corregir exámenes. Pretendía no traerme trabajo a casa. Pero allí mis compañeros me distraen y no hay manera. El viernes a las 12 se suponía que iban los de Montaplus, la empresa que contrata Ikea, a ponerme el cajón que falta, casi un mes después de ir tres días consecutivos para dejármela incompleta, y conseguir hora porque les llamé yo, que ellos no me han llamado para nada. Un servicio pésimo. A las 12:5 mi madre ya me estaba llamando para decirme que allí no había nadie. Le pedí paciencia, pero ya me puse nervioso y del mal humor, y encima corrigiendo exámenes. Busqué el teléfono de Montaplus en Internet y me llené de satisfacción al ver que lo primero que sale en el Google es una entrada de mi diario en la que les pongo verdes a ellos y a Ikea. Espero que este capítulo también salga. Ya que la reclamación que puse no creo que llegue a ningún sitio, al menos aquí dejo escrito mi descontento e impotencia ante su lamentable servicio. Me dijeron que llegarían a la 1:30. Llegaron a las 2:20. En fin, un día muy estresante desde que me desperté, porque por la tarde en mi piso no paré de colocar cosas en las estanterías. No me caben, tengo que comprar otra más el mes que viene.

Ayer celebré mi cumpleaños con mi familia, ya que el fin de semana que viene mis sobrinas están con su padre. Me hizo mucha ilusión, pero hubo mucho jaleo y me dolía la cabeza. Cuando se fueron no fui capaz de corregir. Me tiré en el sofá, cené sobras de ensaladilla rusa y me acosté a las 11. Hoy me he dedicado a limpiar mientras oía a Jeanette. Estoy muy bien allí, muy a gusto, pero echo mucho de menos a F. Menos mal que viene dentro de dos días.

Hoy por fin he corregido dos clases después de volver a casa de mis padres y comer. Sólo me queda una que espero hacer mañana mismo y quitármelo de encima. Corregir es la parte más rollo de mi trabajo. Ya me acostumbro a estar en Rivas, tan tranquilo, a mi aire, y en casa de mis padres me agobio un poco. Por la tarde he quedado para celebrar el cumpleaños de Marisa y de Lurdes. Hemos aprovechado para hacer el sorteo del amigo invisible, que vamos a celebrar el 28 de diciembre. Y ya he citado a todos para mi fiesta de cumpleaños e inauguración este viernes. Tengo a más gente que invitar, pero prefiero no mezclar tanta gente de grupos diferentes.

Total, que otro fin de semana que ha pasado como un rayo y en el que no consigo relajarme. Y el que viene será también movidito. Creo que hasta que no lleguen las vacaciones de navidad no conseguiré descansar.

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