martes, noviembre 21, 2006

QUÉ ASCO Y QUÉ MIEDO

Por fin terminé de corregir los exámenes y de meter las notas. Podría haber terminado durante el fin de semana, pero no me apeteció nada, tan solamente hice un poco el domingo, y el plazo se ababa mañana. Han suspendido pocos, lo mismo ha sido demasiado fácil, o igual han estudiado mucho. No sé. Me da igual. Estoy muy apático con respecto al trabajo. Hoy una alumna que ha sacado un 4,4 me dice: “para eso haberme puesto un 4”. Me he limitado a lanzarle una mirada de “eres una imbécil, ya lo eras el año pasado, y lo llevas claro si crees que te voy a echar una mano si sigues así”. Lo ha notado y ha estado toda la clase muy seria sin decir nada. Me da igual. Es como el otro día cuando en el exámen va otra y me pregunta si puede escribir la redacción de otro tema distinto al que se le pedía. No estoy para pamplinas.

Fui al Gregorio Marañón, que me tocaba revisión del dermatólogo. Me ha mirado los lunares de todo el cuerpo, algunos con una linterna-lupa y me ha dicho que no ve nada preocupante, y que los lunares de la gente que tiene muchos no suelen degenerar, pero que no deje de controlarme. Aunque es mentira, le he dicho que una verruga que tengo en la cabeza me pica y me la va a quitar.

Después he ido a Rivas a comprar la bebida para mi fiesta del viernes. Creo que van a ir unas 16 o 17 personas. Prefería dejarlo ya comprado porque mañana quiero dedicarle todo mi tiempo a F., que en estos momentos está volando hacia aquí, y el jueves lo mismo ni voy a Rivas. He ido cargado como una mula porque no sé calcular cuanta cerveza, coca-cola, etc puedo necesitar.

Pues eso, en este momento F. está cruzando el Océano para venir para mi cumpleaños. Casi veo su avión volar por típico el azul de los mapas, dejando atrás rayitas discontinuas. Ojalá ya fuese mañana por la tarde para estar juntos.

Esta mañana leí una noticia en el periódico que me ha dejado asqueado. A un chico que se llama Ignacio le han dado una paliza en el Metro por coger la mano de su novio. Le dejaron inconsciente e incluso perdió la memoria. Si su novio no llega a estar con él lo mismo le matan. Qué asco y qué miedo. Y que asco que me den miedo. Son energúmenos como el que amenazaba a R. en el trabajo ( http://drichal.blogspot.com/ ), que no se merecen vivir porque en su vida no van a hacer más que daño a la gente, a la sociedad. Da la casualidad de que a ese chico le conozco un poco. Chateamos varias veces, pero no me motivó quedar, aunque me parecía guapo, con unos ojos verdes muy bonitos. Tiempo después, como Gaylandia es un pañuelo, me lo presentó alguien del Cogam. Aunque parece que no tiene lesiones graves, es una historia espeluznante.

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