jueves, septiembre 03, 2009

En la cama con M (en Pismo Beach)

He ido al cole terminando A Girl Called Mary, un libro de Kris Kirk que recopila sus artículos acerca de música y entrevistas para revistas gays, desde Marc Almond a Jayne County pasando por Pet Shop Boys, Village People o Dusty Springfield. Es muy recomendable. El profesor saliente ha llegado dos horas tarde con lo que me he comido el marrón de corregir exámenes de alumnos que no han sido míos. Están fatal. Ya he terminado los de 3º y 4º de la ESO y han aprobados dos porque he levantado la mano. Había unos cuantos exámenes en blanco, literalmente. Los de 4º son los más problemáticos porque alguno no podrá pasar a Bachillerato (que en este colegio no hay).
Lo dicho: LA merece la pena si te gusta el cine de manera que te haga ilusión las huellas en la acera, las estrellas en el Walk Of Fame y el resto de la parafernalia hollywoodiense. Si no, es mejor ir directamente a San Francisco o dedicarle más días a alguna playa californiana. Por la tarde fuimos a Beverly Hills y Rodeo Drive, donde impera el lujo y ni que decir tiene que no compramos nada. Después cenamos en una crepería de Santa Mónica, que tiene buen ambiente nocturno. Hay que añadir lo bien que te tratan en la hostelería en EEUU, probablemente porque buscan merecerse la propina (service, tip o gratuity) que es obligatoria. Es un sistema que me parece fatal. Cobran muy poco y dependen del cliente, o sea que al final cargamos con pagar algo que no deberíamos. Pero bueno, dejábamos siempre la propina establecida. Unas pocas veces ya te viene incluida en la cuenta y añaden lo que les da la gana. Vamos, que es un sistema que no compartíamos pero que respetamos y cumplimos como buenos visitantes.


Al día siguiente partimos hacia Pismo Beach con parada en Santa Barbara, población que nos encantó por su tranquilidad, sus casas… Entramos por casualidad al Juzgado y flipamos. Pensábamos que era La Misión. Paseamos un rato por sus calles, donde en una galería de arte compramos nuestri primer cuadrito de este viaje. Me encanta entrar en las galerías y comprar algún cuadro, es lo que más me gusta comprar cuando estoy de viaje, el mejor souvenir que puedo llevarme a casa. Después visitamos La Misión. Hay que ver la red de misiones que construyeron con lo chungo que debía ser desplazarse en aquella época.
En mi viaje anterior no estuvimos (hablo en plural porque de los cinco que íbamos tres estuvimos juntos allí hace diez años) en ninguna playa del Pacífico. Teníamos muchas ganas. Nos alojamos en el Castle Sands, un hotel fabuloso. Yo nunca había estado en un hotel en el que te diesen albornoz. Tengo la manía de hacerme fotos en la cama de los hoteles chulos. Ya tengo muchas, así que podría publicar un libro en plan En La Cama Con M. El hotel estaba literalmente al borde de una playa espectacular, con el típico pier de madera que no se estila en España. Nos limitamos a caminar por la orilla y el pier, y tomar el sol, porque era imposible bañarse con lo fría que estaba el agua. Las dos chicas querían ir a un outlet que había al lado, así que allí nos dirigimos. La única tienda que merecía la pena fue la de Levis. Fuimos a cenar a San Luis Obispo, donde había menos ambiente del que esperábamos.

Yo sobre el Pacífico:

1 comentario:

Justo dijo...

Me reafirmo en lo que decía en mi comment anterior... así que si te decides a hacer una recopilación de fotos in the bed me las podías pasar en primicia..

(Me alegro de que lo pasaráis tan bien; debe ser un recorrido fastántico, espero poder hacerlo algún día)

Un abrazo