TONTERÍAS

El fin de semana que viene ya estaremos juntos F y yo, preparándonos para el viaje. Seguro que el sábado y el domingo nos ponemos aquí en casa a mirar la guía de Estambul y hacer planes y cálculos. Necesitamos irnos de vacaciones YA. En su soledad, F ya empieza a desvariar y a pensar en tonterías, como que si no nos hubiésemos conocido yo no estaría sufriendo su ausencia. Es cierto que la sufro, pero sabía donde me metía y acepto la situación porque nos queremos y es cuestión de tiempo, creo que poco, que venga a Madrid de manera permanente. Yo le digo que deje de pensar tonterías, pero se pone a darle vueltas y más vueltas a su coco liso. El pobre ha pasado una etapa muy mala con la enfermedad y la muerte de su padre, parte de ellas vivida desde su destierro. En Las Palmas jamás se ha adaptado, no ha querido conocer gente ni buscarse qué hacer, quizás rechazando así su situación forzosa, no queriendo involucrarse en la ciudad. Debería haberse ambientado más.

Entre otras tonterías, dice F que le gustaría haberme dejado un coche mejor. No se da cuenta es que puedo estar sin uno, que no me gusta conducir, que he nacido para que me lleven, y que si de repente tengo coche pues muy bien que le doy uso, pero que no se trata de una prioridad. El Peougeotin era más que suficiente para llevarme de casa al Mercadona.

Ayer me aburría mucho, así que me fui solo al nuevo centro comercial y me compré unos zapatos, una camiseta blanca y una camisa de lino negra de manga corta. ¡Todo por 32 €! ¡Vivan las rebajas! Me gusta mucho ir de compras con F, que me diga lo que le gusta, cómo me queda y meterle mano en los probadores...