martes, septiembre 19, 2006

EFECTO RETARDADO

Muchas veces soy de efecto retardado cuando me suceden cosas emocionantes, ya sean tristes o felices. Cada día que pasa voy disfrutando más de mi estatus de propietario. Ya empecé el viernes pasado, al día siguiente de tener las llaves, cuando llegó F. de Valencia y fuimos al piso. Le di un juego de llaves y nos emocionamos. Día a día lo voy viendo más mío, según paso allí tiempo, me dan el agua, llega el dormitorio, me pongo a ver la tele mientras van trayendo los electrodomésticos, barro, me siento en el balcón, etc. Buena parte de mis amigos ya lo han visto. Parece que les ha gustado. La megaterraza deja a todos boquiabiertos. Hay dos bandos: los que la cercarían entera y los que sólo en parte. Yo soy más del primer grupo porque siempre me la tomé más como un patio privado que como una terraza, y al ser tan grande en ningún caso me sentiría encajonado. Pero tengo mucho tiempo para pensármelo. Dentro de nada es otoño e invierno, y no es tiempo de disfrutar de esos 104 m2. Hay otras prioridades, como por ejemplo poner una puerta-verja en los dos accesos a la susodicha terraza.

La mudanza fue el sábado con el imprevisto de La Vuelta Ciclista a España que pasaba por la calle paralela y circundantes, con lo cual cortaron todo Rivas menos el paso a los comercios importantes. A mí de siempre La Vuelta me parece un tostón, y encima no existe ningún Indurain y todos se dopan. En fin, que con lo grande que es este país y tuvo que pasar prácticamente por la puerta de mi casa, con lo cual la mudanza se retrasó unas horas y acabamos a las mil. Me ayudaron F., R., mi hermana y su novio. R. condujo la furgoneta como si llevase toda la vida trabajando de transportista, y estuvo todo el tiempo tan dispuesto como él sólo. El pobre F. no podía coger peso debido a su reciente operación, así que hizo lo que pudo. Vamos, que estamos hechos unos furgonetistas. Fue una auténtica paliza ir a Navas del Marqués a por un sofá y unos sillones, llevarlos a Rivas, comer ya tarde un picnic en mi salón nuevo, ir a casa a por docenas de cajas pesadas que bajamos desde un tercer piso, llevarlas a Rivas, y por último ir a casa de C. a por más cosas. Mi trastero ya está lleno, y así seguirá hasta que compre cajoneras. Hay que ir por partes.

F. conoció a mi familia. Me daba mucho corte. Además mi hermana es muy preguntona y me temía que iba a hacerle preguntas algo comprometedoras para sacar información, pero se portó bien. Dice que mi madre le miraba mucho. Él estaba algo cortado y no habló mucho. Afortunadamente, R. habló el que más y así no había espacio ni tiempo para otras cuestiones.

Mañana viene el hombre del gas, y el fontanero a hacerme un apaño: a sacar la toma de agua al tendedero para poner ahí lavadora. Lo descarté, pero al final he pedido presupuesto y al ser barato y poco aparatoso..., pues he cambiado de opinión. Así para cuando venga el señor de Ikea la semana que viene se encuentra con la cocina tal y como va a ser.

Esta tarde he tenido un encuentro inquietante. Se trata de Lalo, un antiguo compañero de trabajo que se fue a Londres durante siete años y acaba de volver. Desde que poco antes de marcharse me demostró que es vidente, cada vez que hablo con él me siento intranquilo, porque tengo la sensación de que me está leyendo la mente. Además, como sé que él lo nota, pues esa intranquilidad aumenta. Es muy buena gente, pero yo preferiría que no tuviese poderes, lo que pasa es que creo que no lo puede remediar. Me dijo: “sabía que nos íbamos a encontrar”. En su momento, mientras yo estaba en Manchester, Lalo me visualizó desde madrid. En serio.

Quiero ver a F. mucho estos días antes de que se vaya el domingo. Aún no se ha ido y ya hoy le he preguntado cuándo va a volver. No puedo quejarme sino todo lo contrario, ya que lleva aquí dos meses. Pasaremos este viernes nuestra primera noche en el piso nuevo. Hay que aprovechar estos días al máximo.

Esta noche ponen Queer As Folk. En los últimos episodios no me ha cuadrado mucho como está yendo la relación de Michael y el doctor, cómo Michael ha aceptado los devaneos sexuales de su novio. No me cuadra. Sé que hay parejas que acuerdan tener una relación abierta, que eso existe, pero en ellos no me esperaba este giro del guión.

Por cierto, quien fuese catalán por un día para votar al Ciutadans de Catalunya. Y no lo digo por el póster promocional.

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