VEGAVIANA, ¡QUÉ RICO!
Según voy comprando cosas importantes noto que me voy sintiendo mejor, más relajado. Ayer fue la placa de vitro e inducción, toda una ganga, mucho más barata que en el resto de las tiendas, así que me quedé muy satisfecho. Sólo me queda el horno, que parece que lo voy a comprar en los Hermanos Pérez. Aunque ya lo haré a la vuelta de Roma, porque le he prometido a F. que nada de electrodomestiquear hasta entonces. Con tanto electrodoméstico visto y comprado en estos días al pobre le van a saltar los plomos. A partir de hoy, solamente Roma... o al menos eso intentaré.
Anoche salimos a cenar al Vegaviana, en la calle Pelayo, con mis amigos. Íbamos a ser diez, y A. se presentó casi media hora tarde con cuatro amigos turcos. Flipamos. El restaurante estaba lleno, pero nos sacaron una mesa más sin un mal gesto. Entonces los turcos salieron a fumar y no volvían... A. salió a buscarles y le dicen que se van, que en el restaurante hace mucho calor, cosa que no era cierta. Además, como si en Turquía se estuviese fresquito. Qué mal quedas y qué vergüenza la nuestra al decirle al camarero a los 40 minutos de estar sentados en la mesa que al final los acoplados se van. Quitaron la mesa extra. Todo muy de buenas. Qué buen servicio y qué buena comida (como siempre o incluso mejor). Hay que ver qué falta de educación la de los turcos. A. lo pasó un poco mal. No creo que sea una cuestión cultural. En fin, que desde aquí recomiendo el restaurante encarecidamente. Todo estaba muy rico y tienen un humus excelente, que es mi comida favorita.
Estoy ronco. Llevo unos días con picor de garganta y ayer ¡zas! se me pone voz de cazallero. Así esta noche evitaré ir al Siroco a ver a Hello Cuca porque el humo y hablar alto no me sentaría bien.
Algunas preguntas que me vienen de repente a la cabeza:
Si los muebles de la cocina y los electrodomésticos son blancos, ¿queda bien el horno negro para dar contraste?
¿Conseguiré no comprar nada para el piso hasta la vuelta?
¿Aprenderé a hacer buen humus?
Anoche salimos a cenar al Vegaviana, en la calle Pelayo, con mis amigos. Íbamos a ser diez, y A. se presentó casi media hora tarde con cuatro amigos turcos. Flipamos. El restaurante estaba lleno, pero nos sacaron una mesa más sin un mal gesto. Entonces los turcos salieron a fumar y no volvían... A. salió a buscarles y le dicen que se van, que en el restaurante hace mucho calor, cosa que no era cierta. Además, como si en Turquía se estuviese fresquito. Qué mal quedas y qué vergüenza la nuestra al decirle al camarero a los 40 minutos de estar sentados en la mesa que al final los acoplados se van. Quitaron la mesa extra. Todo muy de buenas. Qué buen servicio y qué buena comida (como siempre o incluso mejor). Hay que ver qué falta de educación la de los turcos. A. lo pasó un poco mal. No creo que sea una cuestión cultural. En fin, que desde aquí recomiendo el restaurante encarecidamente. Todo estaba muy rico y tienen un humus excelente, que es mi comida favorita.
Estoy ronco. Llevo unos días con picor de garganta y ayer ¡zas! se me pone voz de cazallero. Así esta noche evitaré ir al Siroco a ver a Hello Cuca porque el humo y hablar alto no me sentaría bien.
Algunas preguntas que me vienen de repente a la cabeza:
Si los muebles de la cocina y los electrodomésticos son blancos, ¿queda bien el horno negro para dar contraste?
¿Conseguiré no comprar nada para el piso hasta la vuelta?
¿Aprenderé a hacer buen humus?
Qué requetebonita va a quedar mi casa. Mi padre me ha dicho que me lleve algún cuadro de los que hay en el salón. Le voy a tomar la palabra y me voy a llevar el Viola original y tres cuadritos en serie que son como humanoides, muy chulos, a tinta negra sobre papel plateado. Mi madre dice: “ah, te vas a llevar los cuadros de los monstruos esos”. Qué cosas tiene mi madre, tiene cada golpe. Ayer le dije que M. y J. Se habían ido de trekking a Marruecos y me preguntó qué es eso. Le contesté que es senderismo y me dijo que si se iban a ir andando hasta Marruecos.
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