“¡BIEN!”
Los próximos días se avecinan especiales, ya os lo dije. La semana que viene F. y yo hacemos dos años juntos. Es nuestro cumpleaños común, el aniversario del día en que nació una nueva vida, cuando nos conocimos. Aquel día en que los dos nos preguntábamos: “¿y si es él?”. Aquel día en que empezó un cortejo de doce días que cuajó con un beso y que sigue hasta hoy. Sabíamos que aquello no era cualquier cosa. Sabíamos lo que buscábamos, lo que estábamos dispuestos a dar y lo que podríamos haber encontrado.
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Le recuerdo perfectamente, con su gorro de lana, con su cazadora marrón, su camisa de cuadros pequeños. Yo hablé poco. Él habló mucho. Yo observaba, le miraba a sus ojos azul prodigio, y me gustaba lo que veía y oía. No perdía detalle de sus gestos muecosos. No hemos vuelto a aquel café. Nos despedimos en Cibeles, donde le mandé una señal. Él me la respondió con un sms al día siguiente a las 8 AM. "¡Bien!", me dije a mí mismo. Supe que era cuestión de tiempo, que íbamos a vernos en breve, que íbamos a seguir hacia alguna parte.
F. viene mañana y se queda toda la semana que viene. Así que tenemos tiempo para celebrarlo con cierta calma. Me gustaría ir a algún restaurante los dos solos.
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