domingo, marzo 30, 2008

TRAS TOCAR FONDO
Como el miércoles pareció que toqué fondo, el jueves y el viernes estuve ligeramente mejor. Pero eso, ligeramente. Hoy, pensando en que mañana tengo que trabajar, me pongo nervioso y me entra una angustia que me agarra el estómago. Es horroroso estar trabajando así. El jueves llamé a la empresa para la que estuve trabajando cinco años, y que en el segundo de ellos me mandaron a la Uni, donde me quedé hasta que me contrató la propia Uni este curso. Me dijeron que soy muy bienvenido. Me consta que me tenían bien valorado. Ahora mismo tienen unas cuantas clases (en empresas y ministerios) que podría coger, no muchas porque me limita el horario de las monjas. Lo que pasa es que entre esas clases y las de las monjas (que son sólo seis) no llegaría a los 1000 €... Ufff, así que me estoy pensando mandar el cole nuevo a tomar por culo y que sea lo que dios quiera, ir tirando de los ahorrillos para pagar los gastos... No sé que hacer, pero sea lo que sea lo tengo que decidir esta noche o mañana por la mañana. Qué estrés. F. ya no sabe que decirme, el pobre, y dice que me apoya haga lo que haga. Mi familia está muy preocupada por mí. Y eso que a mi madre no le he dicho hasta que punto me agobia ir. Le conté desde el principio que no estaba contento, porque además yo soy de esas personas que no saben ocultar si están mal, se me nota en la voz y en todo.

El sábado nos invitó Lourdes a comer cocido en su casa. Éramos nueve. Muy rico. Me vino muy bien, y eso que les estuve contando y reviviendo mis penurias laborales. Todos me animan a que haga lo que crea oportuno si no consigo aguantar, y flipan cuando les doy los datos, como los profesores gritan a los alumnos como si estuviesen en la mili en plan sargento de hierro, como se comportan en clase, que se han ido catorce profes este curso, que la mayoría de los que están se quieren marchar.... Por la noche F. y yo fuimos con unos amigos a ver a un grupo indie que ahora está muy bien visto. Se llaman Los Punsetes. Son muy peculiares, me recuerdan un poco a un grupo de principios de los ochenta que se llamaban Los Monaguillosh. Estos son muy guitarreros, su cantante (chica) se disfraza en cada concierto y permanece cantando junto al micrófono impasible, mirando al infinito, en plan esfinge. Sus letras son muy tétricas, y casi todas ellas giran en torno a la muerte, en algunos casos parece Cecilismo extremo Costaba sólo 10 € con el CD de regalo. Me gustan mucho casi todas las canciones. En fin, que entre estar con F., con mis amigos comiendo y luego de concierto el sábado me sentó muy bien. Pero esta mañana, cuando me he despertado ya tenía esa angustia agarrada al estómago, y eso que estaba F. conmigo. Y ya he seguido todo el domingo angustiado. No es necesario estar así.

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