Hoy he seguido corrigiendo exámenes de chicos y chicas que no conozco, lo cual me da muy mal rollo cuando sacan un tres y pico, porque no sé si se merecen una ayudita o no. Tened en cuenta que un 4,5 es ya aprobado y que alguien tiene que aprobar… Ya veremos como se da la evaluación de la semana que viene y la revisión/protestas. Por lo que he podido ver abunda el alumno de pelo rapado por los lados y piercing en la oreja, así como alumna con cardado y piercing en el labio superior, o sea como en cualquier barrio de clase media. En los coles del curso pasado estaban prohibidos.
La parada turística camino de Carmel es el Castillo Hearst. Se trata de una casa enorme, más otras pocas para invitados (un total de 56 habitaciones) y demás instalaciones (piscinas, tenis, zoo privado más grande del mundo, cine, aeródromo...; 160 km2), que construyó Hearst, un magnate de la prensa rico riquísimo. Hace ya muchos años fue cedido a las autoridades. El multimillonario se dedicó a levantar este palacio, comprar antigüedades a diestro y siniestro e invitar a la flor y nada del mundo del cine y la política. Es una excursión muy curiosa.
La piscina exterior e interior imitan a las de la antigua Roma:
El edifcio principal:
La nieta de Hearst fue raptada en los 70 por el Symbionese Liberation Army, un grupo de estudiantes de San Francisco de ideología marxista-leninista ultraortodoxa que estaban como cabras. Ella acabó uniéndose a ellos, atracando bancos, terminó en prisión, alegando después en su defense que le lavaron el cerebro. El gobierno finalmente le concedió el perdón.
Legamos a Carmel algo cansadillos. El hotel también era muy bueno, con pista de golf propia. Una de las chicas tenía que lavarse el pelo y la otra teñirse. F y yo nos fuimos a dar una vuelta por este embarcadero:
F en el embarcadero:
Según íbamos por el embarcadero diferentes restaurantes nos ofrecieron como reclamo clam chowder, que es una crema de almejas super rica. Nos fuimos después a Carmel by the sea. Es un pueblo a 10 minutos, muy turístico, muy pijo, lleno de restaurantes finos y galerías de arte. Como era tarde, estaba todo cerrado. Volvimos a recoger a los demás, que ya habían acabado con la peluquería y salimos a cenar delicioso pescado al restaurante que nos había dado a probar el mejor chowder.
Esta foto es de una de las galerías de Carmel by the sea. Sin palabras.
Ya había ganas de llegar a San Francisco. Tardamos unas tres horas. Nuestro hotel de nuevo estaba fenomenal, muy recomendable, enorme y en pleno centro. Tras dejar las maletas a toda prisa fuimos a dejar el coche antes de la 1. Allí estuvimos cuatro días. En el otro viaje fuimos andando a todas partes, lo cual es una locura porque SF está sobre colinas y son todo cuestas. Siempre digo que nunca he andado más en mi vida que entonces. Primero vimos los alrededores del Hotel Parc 55, donde estaba el hotel de la serie Hotel y un montón de galerías de arte de lujo con cuadros de Picasso, Dalí, Miró... Estoy hablando de docenas y docenas de cuadros, entre los cuales estaba Chagall, que ME ENCANTA. El más barato costaba 2000 € y me lo hubiese comprado de buena gana, ese o alguno más caro, porque me parecía muy buen precio. Las cosas son como son, uno vive al día y ahorra para vacaciones y caprichos, pero no un capricho tan caro.
Chinatown merece la pena. Hay tiendas tipo bazar, de ropa y complementos, de arte, además de comida curiosa. Ahí tenéis un cubo lleno de ranas vivas.
Compramos un segundo cuadrito de un chino llamado Zhan Yian. Es una acuarela mezcla Matisse y Modigliani, salvando las distancias, claro. Una preciosidad. Le haría una foto, pero como soy un ansioso ya los hemos llevado a enmarcar junto con otro de otro chino que compramos en un puesto. Estoy deseando ponerlos. No los colocaré juntos porque no quiero poner el rincón chino en casa... Además está el que compramos en Santa Barbara de una tal Gene Inglis-Ward.
En el Pier 39 hay tiendas, restaurantes (repetimos pescado y chowder) y focas. Hace mucho venían cada año hasta que un buen día decidieron quedarse.
The Palace Of Fine Arts:
El Golden Gate impresiona.
Lo mejor de SF es ir mirando las casas. Todos los barrios son peciosos y cada uno tiene su aire.
Estas son muy famosas porque se ve detrás buena parte de la cuidad. Además las usaban en la prescincible Padres Forzosos.
El último día F y yo nos fuimos solos por ahí porque los demás prefirieron quedarse de nuevo cerca del hotel. Cogimos el tranvía hasta Castro, el barrio del mariconismo, que no es gran cosa comparado con los otros.
El famoso cine:
... en el que ponían Ingloriuous Bastards (que me imagino que veremos la semana que viene) además Mary Poppins en sesión sing along, o sea lleno de maricas que cantan a todo pulmón su banda sonora junto a su adorada Julie Andrews. Hmmm, interesante....
Un buen consejo:
Casa en Castro:
Desde Castro cogimos un bus hasta Twin Peaks, que es dos montañitas en la cima de la ciudad desde donde se divisa una vista de 360 grados. Merece la pena. Además se tarda muy poco. Yo soy el de la derecha.
Después volvimos a Castro, caminamos unas calles y ya estábamos en el barrio de La Misión. Sólo vimos la iglesia por fuera porque habíamos quedado con el resto para comer. Llegamos unos minutos tarde porque nos bajamos del tranvía cuando reconocí una tienda en la que compré vinilos hace diez años, frente a nuestro hotel de entonces. Se llama Grooves y es una maravilla. Compré uno de Petula Clark y otro en directo de Dionne Warwick en Paris en el que canta con Sachá Distel. Por la tarde en otra llamada Rasputin me compre 8 LPS por 4,50 dólares. F. dice que le gusta la cara que pongo cuando veo discos, jejejeje, y me pica con que ahora el plato me falla y no puedo oirlos. Pienso comprarme otro de esos que pasan las canciones a mp3. Me compré vinilos de Petula Clark (otro), Herb Alpert, Johnny Mathis, Sinatra, el musical de Oliver con el cast original de Broadway (me encanta sobre todo Where Is Love) y el de My Fair Lady con Rex Harrison y Julie Andrews, o sea el cast original. A Julie no le dieron el papel porque tenía poca experiencia en la pantalla. Por si no lo sabéis, Audrey no canta en la película.
Y colorín colorado, este viaje se ha acabado. Antes de lo que nos demos cuenta estaremos pensando dónde ir el verano que viene. Siento la llamada de Ásia...